Para dar una segunda vida a la gran cantidad de desechos hortofrutícolas que se generan en las explotaciones agrícolas, se pueden implementar dos vías de revalorización para convertir los residuos en productos de alto valor añadido.
Éstas dos vías, a partir de los residuos hortofrutícolas del melón, la sandía, el pepino, el calabacín y el pimiento, consisten en:
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- la extracción de compuestos alimenticios para obtener conservantes alimentarios e ingredientes bioactivos, como vitaminas, antioxidantes y colorantes.
- la hidrolización de los residuos para obtener alcoholes a partir de sus azúcares, lo cuales que permiten mejorar los bioplásticos existentes. De este modo los bioplásticos producidos pueden ser utilizados como envases sostenibles, ya que son fácilmente biodegradables además de ser fabricados a partir de residuos reconvertidos de los propios productos hortofrutícolas.
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De esta forma se cierra un círculo de producción y consumo y se da pie a la economía circular, en la que la sostenibilidad y el respeto hacia el medioambiente lideran todo proceso.
De hecho, si damos una vuelta por la sección de frutas y hortalizas podemos observar que los supermercados optan cada vez más por ofrecer estos productos naturales en un formato poco natural, envasados en plástico.
Lo que podría parecer un formato que protege la fruta se vuelve redundante al tener en cuenta que la naturaleza les ha dotado de una cubierta protectora propia. Por otra parte, el uso de envases, bolsas o mallas en hortalizas como la patata o judías verdes facilitan su manipulación y transporte. También se acostumbra a proteger con film la parte descubierta de porciones de melón o sandia.
¿Es posible substituir el uso plástico en la industria agroalimentaria por envases sostenibles ?
El proyecto que cambió el panorama de los residuos agrícolas
Todo esto se ha llevado a cabo en España, concretamente en toda la huerta de la Comunidad Autónoma de Andalucía, gracias al proyecto BIOVEGE.
Este proyecto de revalorización de residuos agrícolas ha sido subvencionado por el CDTI con 1,17 millones de euros a través del programa INTERCONNECTA y los fondos FEDER, y está apoyado por el Ministerio de Economía y Competitividad, teniendo el proyecto un presupuesto total de 2,4 millones, y desarrollándose entre 2015 y finales de 2017.
Entre sus resultados se cuentan nuevos desarrollos a partir de residuos de los productos cosechados en la huerta de Almería:
Por ejemplo, se han desarrollado a partir de subproductos de la sandía y el melón distintos tipos de films biodegradables y malla orientada biodegradable para el envasado de diferentes productos agrícolas.
Además, a partir de otros productos hortofrutícolas de desecho como el tomate y el pimiento se han podido extraer sustancias activas como vitaminas, antioxidantes y colorantes que han permitido obtener productos tan novedosos como:
- monodosis de salsa vinagreta suplementada con liofilizado de tomate y aceite de oliva,
- gazpacho ready to blend elaborado con subproductos liofilizados de tomate, pimiento y pepino. Se trata de un preparado en polvo para realizar un gazpacho in situ, listo para mezclar con agua y tomar, manteniendo todas las propiedades de un gazpacho recién hecho, pero con una vida útil mucho mayor y alto en vitamina C
- preparados antioxidantes para cárnicos,
- harinas con sabor a tomate/pimiento con alta capacidad antioxidante
- y colorantes naturales a partir de subproductos de pimiento rojo liofilizado como sustituto de colorantes sintéticos
(cochinilla (E-120) y carotenos (E-160a) sin diferencias en cuanto a color y que aporta aroma y sabor a los productos cárnicos y veganos.
El consorcio que sacó a la luz el proyecto BIOVEGE.
El proyecto está liderado por Alhóndiga La Unión, y participan también otras cinco empresas como Torres Morente, Domca, Neol, Ecoplas y Morera y Vallejo.
Como coordinador técnico participa el centro de investigación AIMPLAS, al que se unen otros tres centros de investigación como son Tecnalia, Cidaf y Las Palmillas Fundación Cajamar.
Cada uno de los socios aportará su conocimiento en una fase del proyecto. Desde la valorización de los residuos hasta la elaboración y validación de los nuevos envases e ingredientes bioactivos.
La capacidad de los integrantes del proyecto Biovege de dotar a los residuos agrícolas una nueva vida ha sido recompensada con el tercer premio Bio-based material 2018.
La nueva era de la biotecnología ya está dando sus frutos: los residuos se convierten en nuevos productos, con mayor valor en sus propiedades y más respetuosos con el medio ambiente.
Image credits: Alexander Raths / shutterstock.com