La intolerancia a la lactosa está causada por la deficiencia en un enzima situada en el intestino, llamada lactasa intestinal. Es un transtorno que afecta un 16 % de la población occidental y un 50 % de la población mundial. Los pacientes que presentan intolerancia suelen padecer: náuseas, dolor abdominal, diarrea…
Se han utilizado hasta hace poco tests como el test de hidrógeno, que permite determinar a partir del aire exhalado la cantidad de hidrogeno formada por la flora intestinal tras haber ingerido previamente algún azúcar: lactosa, sacarosa, sorbitol y fructosa. También hay métodos invasivos: test de glucemia capilar y la biopsia intestinal. Se pueden observar todos ellos en la siguiente ilustración con algunas de sus características.

Varias compañías entre las que se encuentran Venterpharma y Ferrer, han desarrollado un método no invasivo que permite evaluar la actividad global de la lactasa intestinal: LacTest. Se basa en la determinación colorimétrica de xilosa en orina, después de la administración oral de galaxilosa, un disacárido producido mediante síntesis enzimática que actúa como un análogo de la lactosa, el sustrato fisiológico de la lactasa intestinal. Niveles bajos de xilosa en orina se correlacionan con una baja actividad lactasa.
Se han llevado a cabo tres ensayos para evaluar la calidad y la seguridad de este método para el diagnóstico de la deficiencia de lactasa o la hipolactasia. En los dos primeros ensayos clínicos Fase I y Fase Ib, el método de 4-galactosil-xilosa o Gaxilosa fue evaluado en orina y en sangre en voluntarios sanos, y en un tercer ensayo clínico (Fase IIb/III) en pacientes que presentaban síntomas clínicos sugerentes de la intolerancia a la lactosa.
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